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jueves, 13 de febrero de 2014

¿Qué es la literatura?

A diferencia del resto de las materias que pueblan los diferentes planes de estudio de la escuela secundaria, definir qué es la literatura es algo sumamente complicado. Si un docente de biología, por ejemplo, quisiera definir su asignatura, bastaría con que se remitiese a la etimología de la misma: bio (vida) / logía (ciencia, estudio). Así, la biología sería la ciencia que se encarga de estudiar a los seres vivos. De ahí, partiendo de una base sólida, podría explayarse sobre las diferentes ramas de la biología, los métodos con los que se trabaja, etcétera. En el caso de la literatura, se presenta un primer problema: la etimología no sólo no sirve para su definición sino que, incluso, puede llegar a confundirnos. El término literatura viene de la palabra latina littera, que en español va a terminar dando "letra". Si tomamos en cuenta que una letra es un signo gráfico que representa un sonido, podemos llegar la conclusión errónea de que toda literatura, necesariamente, es escrita. El problema es que esta afirmación implicaría desconocer la existencia de la literatura oral. De hecho, dos poemas de suma importancia para la cultura occidental, "La ilíada" y "La odisea", son de génesis oral. 
Muchos fueron los intentos de definir la literatura. Cada uno de estos intentos privilegia un aspecto de la literatura en detrimento de otros. Por cuestiones de espacio, acá nos vamos a limitar a tres de ellos. El primero, y quizá el más extendido entre la gente, es el de considerar que lo distintivo de la literatura radica en que, al contrario de la historia o del periodismo, es una obra de la imaginación; es decir, es ficción. Esta postura presenta dos problemas. En primer lugar, la mentira también es una obra de la imaginación y no por eso es literatura. Por otro lado, y quizás de mayor importancia, la literatura puede narrar hechos que no sean producto de la imaginación. Así, por ejemplo, Rodolfo Walsh, en "Operación masacre" (1959), se dedica a narrar un hecho real, los fusilamientos de civiles en José León Suárez durante la Revolución Libertadora.
Otros intentos de definición, en vez de priorizar el contenido, priorizan la forma. Así, hay quienes afirman que la literatura no tiene que ver con qué se diga sino con cómo se lo diga. Desde esta perspectiva, la literatura estaría relacionada con la violentación del lenguaje cotidiano, con una manera anormal de expresarse. Así, por ejemplo, el uso de metáforas sería un indicador de que estamos frente a un texto literario. Acá también encontramos dos problemas. En primer lugar, existen textos que, sin ser literarios, pueden hacer uso de recursos literarios como la metáfora. De hecho, es usual ver metáforas en textos periodísticos y en publicidades. En segundo lugar, existe algunos movimientos literarios, como el minimalismo, que se caracterizan por evitar el uso de tales recursos. 
Por último, hay quienes intentan definir la literatura ya no en relación con el contenido ni con la forma sino en relación con su función. Estas personas afirman que la literatura consiste en un uso no pragmático del lenguaje. Desde esta perspectiva, lo distintivo de la literatura radicaría en su falta de utilidad práctica. Al igual que con los aspectos anteriores, encontramos dos problemas. El primero, que desde el punto de vista del escritor no se puede afirmar que la literatura carezca de utilidad práctica. Así, por ejemplo, a lo largo de la historia hubo muchos escritores que se dedicaron a escribir por encargo para poder ganarse la vida. El segundo, que desde el punto de vista del lector tampoco puede afirmarse que la literatura carezca de una finalidad práctica. Así, por ejemplo, un alumno puede leer una obra literaria para aprobar una materia y un enamorado puede memorizarse un poema para recitárselo a la mujer que ama. 
Llegado este punto, tal vez lo más sensato sea reconocer que, mal que nos pese, no hay nada que nos permita definir de manera inequívoca qué es la literatura.