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domingo, 6 de abril de 2014

Jorge Luis Borges (1899-1986)

La grandeza de Borges consistió en el rigor con el que abordó la tarea de escribir. Frente a aquellos escritores que afirmaban que el arte era únicamente inspiración, Borges insistió en la importancia del trabajo y de la rigurosidad. Asimismo, mientras otros escritores defendían a ultranza la importancia de la originalidad y la ruptura con lo viejo, él defendió la importancia de conocer la tradición literaria y de trabajar con ella, no contra ella. De hecho, cuando uno recorre su obra nota de inmediato que gran parte de la misma tiene por origen otra obra literaria previa. Así, Borges logró unir la razón y la creatividad, la lectura y la escritura.
En cuanto a su estilo, puede dividirse en dos etapas: en una primera etapa, marcada por una estadía en Europa que se prolonga durante siete años (1914-1921), siguiendo preceptos ultraístas Borges defiende el uso de un lenguaje rebuscado y opaco. Hacia la década del "30" este estilo es reemplazado progresivamente por uno más simple y natural. Esto tiene que ver con un cambio en la manera de concepción de Borges, quien empieza a pensar que el escritor no tiene que crear un lenguaje nuevo sino que tiene que trabajar con el que recibe de la tradición.


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