Las situaciones de comunicación no son sencillas: suelen presentar algunas complicaciones. Para tratar de explicarlas, Roman Jakobson ideó en la década del "50" el circuito de la comunicación, un esquema que, a partir de los siguientes seis componentes, intenta dar cuenta de la complejidad de la comunicación humana:
Mensaje: lo que se comunica con palabras, con señas, con imágenes o de algún otro modo.
Emisor: es quien produce el mensaje.
Receptor: es quien recibe el mensaje.
Canal: es el medio a través del cual se transmite el mensaje. Puede ser auditivo (música), oral auditivo (conversación telefónica), visual (carta) o audiovisual (televisión).
Código: es el sistema de signos que se emplea para comunicar el mensaje. Puede ser verbal o no verbal.
Referente: es el tema al que se refiere el mensaje, aquello de lo que se está hablando.
En función de estos componentes, se pueden generar los siguientes problemas de comunicación:
Emisor: afónico, tartamudo, letra ilegible.
Receptor: corto de vista, sordo, analfabeto.
Referente: tema desconocido o muy complejo.
Código: no compartido por emisor y receptor (por ejemplo, que ambos hablen idiomas diferentes).
Canal: ruido ambiental, interferencias (en comunicaciones telefónicas), papel deteriorado (en cartas).
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