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lunes, 10 de marzo de 2014

El teatro clásico

Para un ciudadano de la Atenas del siglo V a.C., concurrir al teatro era completamente diferente de lo que es para nosotros. En primer lugar, no se representaba en cualquier momento del año sino que estaba reservado para determinados momentos, puntualmente para los festivales que se celebraban en honor de Dionisio, dios del teatro. En segundo lugar, lejos de ser un simple entretenimiento, el teatro clásico era un evento social trascendente que le dejaba al espectador enseñanzas religiosas y morales. En tercer lugar, dado el carácter didáctico que tenía, la entrada era gratuita para quienes no podían pagarla ya que su asistencia se consideraba una obligación cívica. En cuarto lugar, no se representaba una sola obra sino varias, razón por la cual el espectáculo duraba todo el día. Por último, en quinto lugar, las obras se representaba en teatros construidos al aire libre sobre una ladera o al pie de una colina, en lugares que generalmente tenían buena acústica para permitir que todos los espectadores (entre quince mil y veinte mil) pudieran escuchar sin necesidad de que los actores tuvieran que levantar la voz.

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